La alimentación es un proceso voluntario a través del cual los seres vivos consumen diferentes tipos de alimentos con el fin de recibir los nutrientes necesarios para sobrevivir; en el casi de los seres humanos, el proceso alimentario comienza desde la selección de los alimentos, el modo de preparación, la introducción a la boca, masticación y deglución.
El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre cada año, fue proclamado en 1979 por la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), fecha en que fue fundada la Organización en 1945.
El propósito de esta celebración es crear conciencia en todas las naciones sobre el problema alimentario a nivel mundial y fomentar la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. A partir de 1980 la conmemoración se realiza en más de 150 países incluido el nuestro.
En México, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en los Indicadores de carencia 2014, el 23.4 % de la población está sin acceso a la alimentación.
Si en el último censo de población realizado en 2010, la población de México era más de 112 millones habitantes, hablamos de que existen un poco mas de 26 millones de habitantes sin recibir una buena alimentación; datos preocupantes los cuales, nos llevan a pensar que, si no hay acceso a la alimentación entonces tendremos un alto índice de desnutrición la cual afecta directamente el desarrollo físico e intelectual principalmente de los niños.
Cada año se asigna un tema diferente para celebrar este día, el tema este año es “Protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural”. También se hará hincapié en la mejora de los medios de vida, la ordenación de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y el logro del desarrollo sostenible, en particular en las zonas rurales.
Cuando las personas viven por debajo del umbral de pobreza y llegan tiempos difíciles, no tienen nada en absoluto algo a que aferrarse, ésta es la realidad actual para más de un tercio de la población de los habitantes de países en desarrollo, y como la gran mayoría de ellos viven en las zonas rurales y dependen de la agricultura para sobrevivir, son especialmente vulnerables a la degradación ambiental, los desastres naturales, y el aumento de los precios de los alimentos.
La producción agrícola, es la generadora de los alimentos básicos, (vegetales, frutas y leguminosas principalmente) por lo tanto para asegurar la alimentación correcta en la población rural, se debe fomentar la educación en materias de salud, erradicando los mitos y malos hábitos alimentarios, del mismo modo, es conveniente llevar a cabo campañas de nutrición y agricultura sustentable que den un impulso en la población para cuidar la tierra, y aprovechar los recursos que de ella podemos obtener.
La FAO colabora con el gobierno de algunos países en situación de pobreza extrema para ayudar a los agricultores a atenuar los efectos de un clima imprevisible y a mejorar el estado nutricional de las familiar más pobres del medio rural. En México el apoyo a la zona rural va en aumento, sin embargo, aún es necesario concretar proyectos realistas que contribuyan al desarrollo global de las regiones más vulnerables.
Como sociedad, podemos contribuir al desarrollo sustentable cuidando nuestra tierra, evitando tirar desechos contaminantes que propicien su degradación, no desperdiciar agua, la cual es indispensable para la evolución agrícola y la supervivencia humana.
La tarea no es sencilla, pero si cada uno de nosotros ponemos lo necesario de nuestra parte es seguro que lo podemos hacer posible.
Artículo por: Rocío Berenice Lozano Domínguez y Estefanía Liñán Guajardo.
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