domingo, 17 de agosto de 2014

Obesidad, apariencia física y bullying.

¡Gordo, panzón, lonjudo, botarga¡ ¿Cuántas veces hemos escuchado estas hirientes palabras y no hemos hecho nada?


El bullying se puede dar por muchas razones, sin embargo la apariencia parece seguir siendo la principal causa. El simple hecho de lucir diferente puede ser motivo de bullying; usar anteojos, algún aparato ortopédico, tener una discapacidad, ser de otra nacionalidad, tener un color de piel distinto, mostrar una orientación sexual diferente o tener sobrepeso u obesidad, parece ser suficiente para ser objeto de acoso por parte de los compañeros de escuela.

De acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el 40% de los alumnos en nuestro país sufren acoso escolar, de éstos, se cree que cerca del 60% de los niños que lo sufren son obesos.

El tema de la obesidad y el sobrepeso en el bullying parece ser un factor determinante en los casos de niños acosados, pero de también hay que tener en cuenta que en ocasiones son los niños con sobrepeso u obesos los que acosan.

Es importante señalar que, entre las niñas, lo más común es el acoso verbal o psicológico. En estos casos la apariencia parece jugar un papel determinante y es común que las niñas con problemas de peso sean acosadas o molestadas o simplemente rezagadas por las otras niñas que no aceptan una apariencia distinta, lo que genera una exclusión social.

En el caso de los niños, sucede algo diferente, el acoso físico suele ser más común y no siempre es el niño obeso el acosado, en ocasiones también puede ser el que acosa. Un estudio realizado por el Instituto de Salud Infantil en Inglaterra, encontró que la obesidad era un predictor de bullying tanto en niños como en niñas, pero que en el caso de los niños obesos, éstos también eran propensos a ser agresores (bullies), ya que tienen una ventaja física sobre otros niños de su misma edad.

En cualquier caso, los niños obesos parecen tener más riesgo tanto de ser acosados como de ser acosadores, lo que implica que se debe tener una especial atención en este tema. En el caso de los niños acosados, buscar signos de bullying es esencial para evitar que el problema se torne más complejo. Algunas señales de acoso son:

  • El niño llega estresado o deprimido de la escuela 
  • No quiere ir a la escuela 
  • Llega con moretones o golpes 
  • Dice que le duele algo (generalmente el estómago) 
  • Se le pierden mucho sus cosas

En cualquier niño acosado, es fundamental tratar el tema de la autoestima, pero en el caso de los que padecen obesidad es indispensable considerar que esta condición no solo está mermando su salud física, sino que también está teniendo consecuencias a nivel psicológico y social. Es importante que el niño con obesidad, independientemente de que sea acosado o que sea el que acosa, pueda cambiar sus hábitos, comience a realizar una actividad física y mejore su seguridad, ya sea para evitar ser abusado o para evitar el uso del acoso a otros compañeros como mecanismo de defensa.

Es importante que una vez que se identifique un posible caso de bullying, se comente el tema con los maestros (muchas veces estos actos de acoso suceden sin que ellos sepan), de igual forma es necesario contar con el apoyo psicológico conveniente, así como del apoyo de un nutriólogo o del entrenador físico que pueda ayudar a tratar la obesidad.

Por último, el trabajo más importante es el de los padres y de la sociedad misma al comenzar a romper estos estereotipos ligados al acoso. Actualmente existen muchos esfuerzos para revertir este problema, desde carteles en las escuelas, campañas en canales de televisión para niños y adolescentes, así como esfuerzos por parte de la comunidad artística para detener el acoso escolar. También es importante hacer ver a los niños que no sólo el que acosa es responsable, sino también el ser espectador y no hacer nada al respecto contribuye a hacer este problema más grande.


Referencias:
Compartiendo la Salud. Obesidad y bullying. Marzo 23, 2011. Griffiths L J, Wolke D, Page A S, Horwood J P. Obesity and bullying: different effects for boys and girls. Arch Dis Child. 2006 February; 91(2): 121–125. U.S. Department of Health and Human Services, 2013. www.stopbullying.gov

Foto tomada del sitio web: http://bit.ly/1rJ8lE7

FM GASTRONOMÍA
Comedores Industriales

El calor y la adecuada alimentación en el verano.

La alimentación del verano no se reduce simplemente a tomar mucha agua y comer liviano, se trata también de alimentarse bien.


Durante el verano se vuelve necesario acompañar los cambios de adaptación a las altas temperaturas que exige el organismo con una alimentación acorde.

La sudoración es el principal mecanismo de defensa que el cuerpo pone en funcionamiento contra la elevación de la temperatura corporal. Su manifestación más obvia es la pérdida de agua, sin embargo, en ese proceso se pierden también sales minerales como sodio, potasio y magnesio fundamentales para un funcionamiento corporal equilibrado. La hidratación con agua debe ser acompañada del consumo de frutas y verduras que aporten este requerimiento adicional de sales minerales. El potasio está presente en el plátano y el tomate, siendo los cítricos una excelente fuente de magnesio.

Las bebidas alcohólicas, aún aquellas de baja graduación, no son la mejor opción para lograr una buena hidratación. El alcohol tiene un efecto diurético, razón por la cual aumenta la pérdida de agua por orina. Por eso, a la hora de hidratarse hay que elegir bebidas sin alcohol.

La sed se presenta cuando ya existe cierto grado de deshidratación por lo cual es indispensable anticiparse a la sensación de sed. Con la edad esta sensación se va perdiendo por lo que es importante obligarse a beber líquidos a lo largo del día. Tanto embarazadas como aquellas personas que presentan sobrepeso y obesidad tienden a sudar más y, por lo tanto, se torna aún más esencial mantener una buena hidratación: la mayor incorporación de calorías eleva la temperatura corporal aumentando la sudoración.

Mantenerse hidratado es básico, sin embargo, el consumo exagerado de agua puede ser tan nocivo como su falta. El beber agua en exceso puede llevar al cuadro conocido como “intoxicación por agua”. Por más extraño que suene, la sobrehidratación con agua conduce a un desequilibrio de los electrolitos quedando el organismo expuesto a condiciones de baja concentración de sodio.

Un cuadro de sobrehidratación incluye cansancio muscular, calambres y, en los casos más severos, pérdida del conocimiento. Un consumo razonable de líquidos es de 1,5 a 3 litros diarios dependiendo de la masa corporal.

Como regla general por cada kilo de peso corporal se requieren 31.5ml de agua, aumentando levemente su consumo con el aumento de las temperaturas (medio litro diario más sería suficiente).

Qué comer

Cuando se menciona la importancia de incorporar en la alimentación de estos días calurosos más frutas que contengan agua, ¿a que nos referimos? Lo ideal es agregar a la dieta frutas jugosas como sandía, melón, naranja o uvas, por ejemplo. En estos tiempos de calor la fruta es siempre el mejor postre y colación, y es recomendable ingerirlas preferentemente crudas para que no pierdan el agua.

También hay ejemplos de las verduras que contienen abundante cantidad de líquido y por ello se aconseja agregarlas en las comidas de días calurosos. Las ensaladas constituyen un aliado fundamental: de escarola, lechuga, pepino, tomate, col, remolacha, zanahoria, berro, recula, coliflor, morrón, espinaca, son algunos ejemplos. Las posibilidades de combinación de las distintas verduras para elaborar ensaladas son ilimitadas y se convierten en la mejor opción para un almuerzo rápido, fresco, nutritivo y liviano en los días de mucho calor. Además, siempre está la opción de agregar a las ensaladas trozos de pollo, huevo o queso fresco que aportan proteínas y no tantas calorías.

Durante la temporada de calor, la conservación de los alimentos requiere de mayor dedicación. Los lácteos son alimentos que deben conservar la cadena de frío para evitar su deterioro – lo que sucede con facilidad -, al igual que las carnes, el pollo y el pescado. Ingerirlos luego de una interrupción de la cadena de frío puede ser riesgoso y traer consecuencias para la salud.

FM GASTRONOMÍA
Comedores Industriales

lunes, 26 de mayo de 2014

El estrés, la salud y la alimentación.

La vida diaria está llena de situaciones y problemas que muchas veces sobrepasan nuestra capacidad para afrontarlos tanto de manera física como mental, generando así un desgaste en la salud de nuestro organismo.

El ritmo de vida acelerado, la falta de tiempo para cocinar y la gran cantidad de opciones en alimentos muchas veces no tan saludables, hacen que sea muy difícil llevar buenos hábitos alimenticios, lo cual conduce a que muchas personas no sepan comer, y si lo hacen lo realizan en exceso, a deshora e incluso pueden pasar mucho tiempo sin comer.

Cuando la dieta es muy deficiente, pone al cuerpo en un estado de estrés físico y debilita al sistema inmunológico dejando a la persona más susceptible a enfermedades e infecciones; y si a esto le aunamos el estrés emocional, será más difícil hacerle frente para salir adelante.

Los estados de ánimo y las emociones juegan un papel muy importante en el consumo de los alimentos, ya que además de ayudarnos a sentirnos mejor, estos actúan como un regulador en la conducta de lo que se come o se deja de comer, y están asociados a diferentes factores como:

  • Bienestar: cuando la mamá carga al bebé para alimentarlo, el pequeño lo asocia con sentirse bien y estar tranquilo.

  • Forma de eliminar el malestar: cuando los niños lloran por dolor o berrinche, los adultos le ofrecen comida, enseñándole que es la solución a su problema.

  • Premio o castigo: durante la niñez se utiliza la comida para premiar al niño cuando se porta bien o para castigarlo si hizo algo mal.

  • Una manera de complacer y halagar a la gente que queremos: para festejarlo comiendo con amigos o familiares, y si queremos demostrar nuestra amistad regalamos dulces o pasteles.
Desafortunadamente este bienestar que se consigue a través de la comida dura muy poco y trae consecuencias negativas como la gordura, el colesterol, los triglicéridos altos y los cambios de glucosa en la sangre, los cuales se quedan con nosotros durante mucho tiempo.

Cuando una persona está preocupada, ansiosa, triste, deprimida, enojada o aburrida es posible que coma de manera instintiva para olvidarse por un momento de lo que le afecta, o de igual manera puede suceder que se le quite el hambre o que coma alimentos de poca calidad (comida chatarra).

Al estar en este periodo de tensión no tenemos el ánimo o el tiempo de pensar en prepararnos una comida sana y balanceada, y como consecuencia la alimentación se vuelve pobre de nutrientes y quizá alta en grasa y azúcares.

Cuando el estrés llega a afectar severamente la salud de una persona, es urgente buscar una terapia médica y psicológica que le ayude a salir adelante; de igual manera, debemos aprender a diferenciar el hambre física de la emocional. La primera se va sintiendo poco a poco y empieza después de varias horas de haber comido, mientras que la emocional aparece de repente sin importar el tiempo que haya trascurrido de la comida anterior, se desean ciertos tipos de alimentos y se come más a pesar de haber comido lo suficiente.

Por último es importante saber que existen alimentos que influyen en el correcto funcionamiento del cerebro para incluirlos en la dieta diaria, tal es el caso de los cereales y las legumbres (que contienen vitaminas del complejo B y benefician el sistema nervioso), las frutas y las hortalizas (contienen antioxidantes y protegen al cerebro), y las carnes (aportan proteínas y hierro y ayudan a transportar oxígeno al cerebro), entre muchos otros alimentos.

Además, se recomienda realizar algunos cambios en el estilo de vida como: llevar una alimentación saludable, mantener un peso estable, hacer alguna actividad física, comer despacio y con moderación, realizar al menos 4 comidas diarias respetando horarios, evitar malos hábitos como el tabaco y el alcohol, disminuir el consumo de sal, tomar abundantes líquidos durante el día, evitar desvelarse y tratar de dormir como mínimo 8 horas.

Tal vez no tenemos un control sobre las causas del estrés, pero sí podemos controlar lo que comemos y en qué cantidades, porque no existe una alimentación que acabe con el estrés. Una buena alimentación nos mantiene sanos y fuertes y nuestro cuerpo puede disminuir los efectos negativos del estrés, de esta manera la mente tendrá la claridad necesaria para buscar una solución a nuestros problemas.


Artículo por: FM Gastronomía.

martes, 29 de abril de 2014

Nutrición y embarazo.

Cuando una mujer está embarazada siempre ha oído la famosa frase de "hay que comer por dos", pero esto no significa que deba de comer dos veces la cantidad de alimentos que desee o que se le antojen, sino más bien debe de pensar que la alimentación ahora es el doble de importante porque lleva un nuevo ser en su interior.


Y para esto es preciso cuidar la alimentación desde los primeros meses, ya que durante esta etapa es cuando se forman los tejidos y los órganos del bebé que está en crecimiento.

Durante 9 meses el cuerpo de una mujer atraviesa por varios cambios y desde el principio llega una avalancha de hormonas que causan grandes efectos en su organismo como las náuseas y los vómitos;


y para no afectar su estado nutricional, la mujer debe consumir alimentos ricos en calorías y no hacer comidas muy grandes, sino más bien comidas pequeñas a lo largo del día.

Una dieta saludable incluye gran variedad de alimentos como las proteínas, los carbohidratos, las grasas, las vitaminas, los minerales y el agua, las cuales proveerán un nivel de energía y nutrientes necesarios para la salud de la madre y el desarrollo del bebé.

Los grupos de alimentos que no pueden faltar en su dieta son las fuentes de calcio como la leche, el yogur, el queso y la mantequilla; los granos, las semillas y los cereales como las almendras, las nueces, el arroz, el frijol, la avena y el trigo; el hierro que se puede encontrar en el huevo, la carne roja y blanca; las fuentes de vitaminas y minerales como las frutas, las verduras y los frutos secos; los carbohidratos como el pan y el azúcar, así como las grasas y los aceites.

De igual manera es importante considerar que existen alimentos no muy recomendables de consumir debido a que pudieran desarrollar algún tipo de alergia o enfermedad en la madre, y ésta pudiera transmitirse al bebé provocando algún defecto de nacimiento, muerte fetal y hasta abortos espontáneos. Tal es el caso de los quesos o leches que no están pasteurizados, huevos crudos o comidas que los contengan, mariscos o pescados crudos o poco cocinados, y de igual manera el alcohol, ya sea en bebidas preparadas, cervezas o hasta el vino.

Es normal que durante el embarazo su médico pueda recetar algunos suplementos alimenticios, vitaminas y/o minerales como el hierro, el ácido fólico o el calcio para ayudar a complementar su alimentación y poder aportar los nutrientes necesarios a su bebé, por lo que debe seguir las indicaciones de su médico y no auto recetarse.

Es posible que la ingesta de comprimidos de altas dosis de hierro pueda causar estreñimiento por lo que se recomienda consumir fibra la cual se puede encontrar el pan integral, los cereales, las verduras crudas y las frutas con cáscara, pero sin olvidar la combinación con algún líquido como leche, agua, jugos o té para que pueda surtir el efecto deseado.

Por último, le sugerimos seguir algunas recomendaciones como el comer y masticar despacio los alimentos, realizar pequeñas raciones de comida distribuidas en todo el día, tener cuidado con las especias, los alimentos grasos, los muy azucarados, las bebidas carbonatadas, así como las cantidades excesivas de té o de café.

Su médico le indicará si considera necesaria la consulta con algún nutrióloga para lograr una perfecta alimentación.


Artículo por: FM Gastronomía
www.fmgastronomia.com.mx

¿Cómo elaborar refrigerios sanos para la escuela?

Proporcionar opciones de alimentos y bebidas para los niños cuando inician la etapa escolar muchas veces se vuelve una tarea difícil para los padres, ya que piensan que su alimentación debe ser saludable y evitar al 100% los productos chatarra.


Un error muy frecuente es pensar que “hay alimentos buenos” que se pueden consumir con tranquilidad, y “alimentos malos” que se deben evitar.


Lo cierto es que ningún alimento es bueno o malo, sólo son las dietas totales las que se pueden analizar y mejorar. Una dieta correcta lo seguirá siendo aunque el niño tome un snack o golosina, así como una dieta incorrecta lo seguirá siendo a pesar de que se evite el consumo de dichos productos.

Y es ahí donde se comienza a buscar un equilibrio entre una sana alimentación, los alimentos que sean del agrado del niño, y algo que sea fácil de preparar y de llevar en la lonchera. A veces se puede pensar que las opciones de alimentos escolares son muy pocas o que se van reduciendo al ir descartando diferentes productos por diferentes razones.

Varias mamás se han dado a la tarea de preguntarles a los niños que les gustaría llevar de lonche a la escuela; hay otros que piden dinero todos los días y no hay una forma de ver qué es lo que compran en la tiendita; otros dan ideas a sus papás al ver el lonche que lleva el amiguito, por lo que piden a sus padres que también se lo preparen; e incluso hay niños que llegan a compartir o a veces hasta intercambiar sus lonches porque les gusta más el lonche que trae el compañerito.

De igual manera, un punto donde los padres no quieren caer es que el lonche escolar sea muy repetitivo, que no tenga la cantidad adecuada (mucho o poco), o que no sea muy variado. Pero lo que los padres no deben olvidar es que cada etapa escolar requiere una mayor cantidad y diversidad de alimentos debido a que el niño va creciendo y necesita diferentes nutrientes para crecer y desarrollarse saludablemente.

Una dieta correcta es aquella que cubre nuestras necesidades de energía de forma suficiente, es equilibrada, de calidad, por lo que no representa un daño para nuestra salud, y variada para aportar los nutrientes que necesitamos.

El primer punto que deben tomar en cuenta es que para que el niño tenga un buen rendimiento escolar es crear el hábito de tomar un buen desayuno antes de ir a la escuela, pues durante la noche el cuerpo realiza sus funciones y gasta energía durante el sueño, y deben reponer esa energía para el buen funcionamiento del organismo, y de esta manera evitar dolores de cabeza, de estómago, desmayos, mareos y hasta quedarse dormidos en el salón de clase.

Algunas ideas para que el lonche escolar no sea un dolor de cabeza, pueden ser:
  • Llevar una porción de fruta (como uvas, plátano, melón, sandía, naranja, manzana) o de verdura (pepino, zanahoria, jícama, aguacate, tomate, papa).
  • Llevar un alimento preparado (como un sándwich de jamón y queso, taquitos con algún guisado, molletes con frijoles y queso, ensalada de atún o de pollo, barras integrales).
  • Enviar alguna bebida (como jugos de frutas, agua natural y/o yogurt bebible).

Es posible consumir frituras, galletas, pastelitos, dulces y postres pero sólo una vez por semana.


Algunas páginas de internet pueden dar ideas sobre opciones de refrigerios escolares, así como maneras de preparar los alimentos de una manera sana y divertida.

Artículo por: FM Gastronomía.

domingo, 13 de abril de 2014

¿Cómo ayuda un centro de distribución a mejorar la salud y nutrición?

¿Cómo ayuda un centro de distribución de alimentos a la entrega de suministros sanos y con las mejores condiciones nutrimentales?


Posiblemente a la hora de comprar o incluso de comer nuestros alimentos no nos imaginamos cómo es que han llegado hasta nuestra mesa, y para explicarlo sólo necesitamos abrir el telón y descubrir lo que realiza un centro de distribución, que no es más que el lugar donde se almacenan productos y se empaquetan órdenes de salida para distribuirlos en el mercado.

Los centros de distribución surgieron de la necesidad de lograr una entrega más eficiente a las empresas con el objetivo de poder darle una respuesta más rápida al cliente, entre los que se encuentran: supermercados, restaurantes y cafeterías industriales, cuya tasa de entrada y salida de productos es muy alta.

En estos centros o almacenes generalmente se cuenta con sistemas de refrigeración o aire acondicionado, así como áreas para organizar la mercancía y rampas para que los vehículos puedan transportar y acomodar los productos que llegan de otras ciudades o países a través de carreteras, trenes, barcos o aviones.

Cuando se almacenan los productos se deben tomar en cuenta diferentes factores para que puedan llegar al cliente en óptimas condiciones, tales como su tiempo de vida (caducidad), si requiere de una temperatura especial, si su manejo es frágil o si requiere empaques especiales, la forma de acomodarlo en el transporte, así como los tiempos de entrega para que no pierda su valor ante el consumidor.

Se debe poner especial atención cuando se manejan alimentos perecederos como carnes, productos lácteos, frutas y verduras, comida congelada y horneados, pues como estos son de poca duración y se pueden echar a perder, requieren una manipulación especial para que no pierdan su valor nutrimental.

En un centro de distribución, los costos de control de calidad, de almacén y transporte son mucho más elevados debido a la gran cantidad de productos que se manejan, por lo que se deben utilizar equipos y métodos especiales para su conservación.

Por ejemplo, los productos frescos duran más tiempo cuando son transportados y almacenados de 0° o 3.3° C, ya que requieren de un nivel de humedad muy alto para prevenir el marchitamiento, su maduración, descomposición, o cambios en textura y color; pero lo suficientemente bajo para retardar el crecimiento de hongos, bacterias y fermentación.

De igual manera, los operadores deben tener cuidado en la forma en que mezclan los productos almacenados, ya que algunos emiten olores que afectan la mercancía cercana. Tal es el caso de los plátanos, duraznos, ciruelas y tomates que emiten gas etileno y causa deterioro en otros productos.

En cuanto a las carnes, luego de que los animales han sido sacrificados, la carne debe trasladarse tan pronto como sea posible para ser cortada; después se empaqueta para su protección y se mantiene en un control estricto de temperatura para prolongar la vida del producto, mejorando así su sanidad.

Anteriormente el método de empaquetado en las carnes de ave se realizaba cubriéndolas de hielo (Ice Pack), pero era difícil mantener la misma temperatura, la carne absorbía humedad, provocaba un cambio de color y sólo duraba siete días. Posteriormente los empaquetadores comenzaron a utilizar el dióxido de carbono que se esparcía a manera de cristales cuando los pollos rodaban sobre la línea de montaje; pero cuando se refrigeraban, los pollos absorbían la humedad y su peso aumentaba. Finalmente apareció el empaquetado en frío (Chill Pack), donde los productos primero se añejan para hacerlos suaves y luego se colocan en un freezer a una temperatura de -2.2° a -1.1°C justo por encima del punto de congelamiento, de esta manera se asegura su frescura, se eliminan los problemas de goteo en los paquetes, se reduce el crecimiento bacteriano y se prolonga la duración de los productos en los estantes.

Un supervisor de control de calidad debe ser responsable de inspeccionar todos los ingresos de los productos, regular el proceso de maduración y checar su condición antes de ser entregados, pues de esta manera el cliente podrá consumirlos y tener una alimentación que sea variada y nutritiva.


Artículo por: FM Gastronomía

¿Cómo se elaboran los menús diarios para miles de comidas balanceadas y nutritivas?

¿Cómo se elaboran los menús diarios para miles de comidas balanceadas y nutritivas?

¿Se toma en cuenta el gusto y paladar de los comensales?



Mucha gente piensa que el tener un comedor industrial en su empresa es una gran idea, ya que de esta manera podrá adquirir algún platillo o alimento sin necesidad de ir a buscarlo o de preparar algo en su casa antes de salir a trabajar.

Para una empresa, la alimentación de sus empleados es algo muy importante pues garantiza un personal saludable que se traduce en bienestar laboral y buen ambiente de trabajo.

Los comedores industriales pueden realizar varios menús a lo largo del día y ofrecerlos en el desayuno, el almuerzo, la comida, la cena e incluso hasta puede dar la opción de algún refrigerio, tomando en cuenta que sea variable, de buena calidad, cantidad y sobre todo nutritivo.

Pero, ¿cómo realizar un menú diario si hay tantas personas y además con gustos tan diferentes?

Lo primero que se debe tomar cuenta es analizar al grupo de trabajadores y las necesidades nutricionales que requieran según su edad, sexo, horarios de trabajo, si tienen alguna enfermedad como la hipertensión arterial, la obesidad o la diabetes, y el tipo de actividad que realizan, las cuales pueden categorizarse en actividades sedentarias, de gran estrés físico o psíquico, y con horarios especiales.

Las personas con trabajos sedentarios son las que permanecen sentadas casi todo el día, tal es el caso del personal de oficina, taxistas y conductores de autobuses, que no deben ingerir alimentos con alta cantidad de calorías debido al bajo gasto calórico que realizan.

Los trabajos de gran estrés físico deben contener una cantidad suficiente de calorías para compensar el gasto de energía al realizar una actividad, tal es el caso de los trabajadores de la construcción, los repartidores y los deportistas profesionales.

Pero si el estrés es de tipo psíquico, las necesidades calóricas no son tan elevadas y lo importante es que la dieta contenga gran cantidad de nutrientes para el buen funcionamiento nervioso; algunos puestos pueden ser los empresarios, directivos, jefes de servicio y gerentes por estar sometidos a un estrés continuo debido a lo monótono y repetitivo de su trabajo.

Trabajos con horarios especiales: son las personas que trabajan en ritmo de turnos rotativos o nocturnos, tal es el caso de las enfermeras, doctores, celadores, meseros de bares, y personal de la industria química o alimentaria, entre otras.

Otro aspecto a tomar en cuenta en la elaboración del menú, es el número de personas al cual será dirigido, así como los gustos y hábitos de los trabajadores, pues de esta manera se evitará el rechazo de ciertos tipos de alimentos causado pérdidas y un mal aprovechamiento de las materias primas en la cocina.

Este número de comensales junto con sus exigencias, se pueden conocer a través de encuestas diarias o semanales, en las cuales se reciben sugerencias y se califican los platillos para poderlos mejorar, quitar o modificar en cuanto a su sabor, presentación y calidad.

Una vez reunida esta información, el personal a cargo de la elaboración de los menús deberá realizar una lista de los productos necesarios, especificar el presupuesto estimado para los menús y los platillos que se llevarán a cabo, y de organizar un programa de trabajo entre el personal, con el fin de garantizar un producto y un servicio de excelente calidad.

Artículo por: FM Gastronomía