lunes, 17 de marzo de 2014

¿Personal bien alimentado mejora el ambiente laboral?

La alimentación es uno de los factores que condicionan el desarrollo físico, la salud, rendimiento y productividad de las personas.


Posiblemente la mayoría de la gente pueda decir que se alimenta muy bien porque come de todo, porque come muchas veces al día para no tener hambre, porque no come ciertos alimentos que la hacen aumentar de peso, o simplemente porque hace mucho tiempo que no tiene ningún tipo de enfermedad.

Según los expertos, es común que una alimentación monótona, repetitiva o en la que faltan alimentos indispensables para nuestro cuerpo pueda dar lugar a la aparición de ciertos síntomas tanto físicos como psicológicos, que puedan afectar de alguna manera nuestro desempeño laboral cualquiera que éste sea.

Algunos de estos síntomas que pudieran aparecer son: cansancio excesivo, falta de reflejos, dolor en las articulaciones y músculos, sueño, debilidad, falta de concentración, agresividad, falta de interés por las cosas, estrés, depresión, baja autoestima, olvidos, flojera, falta de coordinación, y en el peor de los casos la aparición de enfermedades crónicas y/o silenciosas en nuestro cuerpo como la obesidad, la presión alta o baja, diabetes o hasta el cáncer.

A veces no nos damos cuenta de que estos síntomas no sólo influyen en nuestro bienestar, sino que también deberíamos preguntarnos si estamos alimentando adecuadamente a nuestro cuerpo para que éste funcione correctamente cada día, pues los alimentos son capaces de generar cambios en nuestro cerebro y en nuestro estado anímico.

A través de diversos estudios se ha comprobado cómo los trabajadores mejoran su rendimiento y su bienestar cuando consumen dietas adecuadas a su situación personal, ya sea que realicen un trabajo de fuerza o de tipo intelectual.

Por ejemplo, las dietas hipocalóricas o bajas en calorías, reducen la capacidad de rendimiento y perjudica la salud; las dietas hipercalóricas conducen a sobrepeso y obesidad, lo que supone un riesgo de lesiones en músculos y articulaciones, y de posibles alteraciones en los niveles de azúcar y grasas en la sangre; saltarse comidas o realizar sólo dos al día influye de manera negativa en el organismo; las comidas muy rasas o muy abundantes pueden producir bajadas de azúcar en la sangre, somnolencia y molestias digestivas.

Es por eso que mantener hábitos alimenticios adecuados entre los trabajadores, generará cambios en sus estilos de vida: estarán más concentrados, con mayor energía, mayor desempeño, más seguros de sí mismos, más satisfechos, más sociales y más contentos; lo cual se traduce en menos enfermedades, menos accidentes de trabajo, menor ausentismo laboral y menor rotación de personal.


Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en términos concretos una alimentación adecuada y la práctica de actividad física pueden incrementar los niveles de productividad en un 20%.


Artículo por: FM GASTRONOMÍA.

La certificación en los alimentos.

En México y en el mundo, la industria de los alimentos ha experimentado una serie de cambios impulsados por la gran variedad de productos y el gran desarrollo tecnológico; por esta razón los consumidores exigen una seguridad alimentaria integral en los productos que consumen.

Esta exigencia junto con la importancia de posicionarse en el mercado con un producto “más seguro”, genera en la industria alimentaria y en las empresas del sector, la necesidad de adoptar medidas extra, las cuales estén exigidas por las normativas legales.


Para tal fin, existen diferentes agencias certificadoras las cuales otorgan por escrito una garantía en la cual se asegura que el proceso de producción o el producto cumplen con requisitos que establecen diferentes organizaciones o países, y además menciona que se ha producido de una determinada manera o que posee ciertas características.




Existen muchas certificaciones para diferentes tipos de alimentos como la carne, las frutas, las verduras, los condimentos, los lácteos, las harinas, etc. así como para las empresas que se dedican a fabricar, producir, empacar, transportar e incluso cocinar este tipo de alimentos. Algunas de éstas son: la GlobalGap, la PrimusLabs, la BRC, la Kosher y el ISO 22000, entre otros.

Para poder obtenerlos se requiere que exista una autoridad certificatoria, la cual deberá inspeccionar, aprobar y posteriormente otorgar el tipo de certificación de acuerdo a los requisitos y estándares que debe contener el producto, sistema, servicio o persona a calificar.

El costo del certificado varía en función del tipo de certificación, la empresa acreditadora y el tiempo dedicado a la implementación por parte de los consultores.

Especialmente para el sector alimentario la norma ISO 22000 define y especifica los requerimientos para desarrollar e implementar Sistemas de Gestión de Seguridad Alimentaria independientemente del tipo, tamaño y producto, y con ello lograr una armonía en toda la cadena de suministro que va desde las granjas hasta las empresas que preparan alimentos, incluyendo las de procesado, envasado, transporte, almacenamiento y comercio detallista. De igual manera inspecciona las buenas prácticas de higiene, el control de plagas, la capacitación del personal y el manejo de desechos, entre otros.


Artículo por: FM GASTRONOMÍA

¿Cómo influye la alimentación en la productividad?

Se dice que una buena alimentación mejora el rendimiento laboral de todos los trabajadores en cualquier empresa, pero nunca nos ponemos a investigar realmente qué es tener una buena alimentación.

Sabemos que un trabajador saludable conlleva múltiples beneficios a su lugar de trabajo ya que está sano, eficiente y alerta, y por consecuencia sufre menos estrés, hay menos accidentes, disminuye el ausentismo laboral y conlleva a las empresas a mantener su nivel competitivo y su productividad.



¿Pero qué pasa cuando los desplazamientos de la casa al trabajo son muy largos, las jornadas laborales son muy intensas o simplemente no se sabe cocinar? El resultado más común es que se coma “cualquier cosa”, provocando una alimentación menos equilibrada.

Dicen los nutriólogos que la comida más importante del día es el desayuno pues es cuando tenemos que estar alerta y rendir más; por lo que los errores en la alimentación comienzan desde que nos levantamos para ir a trabajar.

Las prisas nos llevan a comer poco durante las primeras horas del día, ya sea que sólo tomemos un café o unas galletas. Pero según los expertos, lo que se recomienda ingerir es un plato único que deba contener fibra, carbohidratos y proteína, el cual puede estar compuesto por lácteos, cereales y frutas.

El cerebro necesita el veinte por ciento de la energía que se obtiene de la comida, por lo que el azúcar, la miel, las frutas y las mermeladas son alimentos que el cerebro absorbe rápidamente para transformarlos en glucosa, y de esta manera poder rendir plenamente.


En cuanto a los carbohidratos como el arroz, las papas, las pastas, los cereales, el pan y las tortillas, éstos actúan igual que los azúcares pero de forma más constante, los cuales ayudan a afrontar una larga jornada de trabajo.

Los trabajadores deben evitar largos periodos sin comer y para ello se debe desayunar, comer, cenar e incorporar una colación a media mañana y a media tarde para mantenerse activos.

¿Pero qué pasa cuando nos topamos con las socorridas máquinas de sándwiches y snacks? Según los nutriólogos, se puede ingerir uno de vez en cuando y no pasa nada, pero no es lo más recomendable porque no sacian el hambre y sí aportan muchas calorías al cuerpo, provocando un aumento de peso. De igual manera se deben evitar los excesos en las bebidas altas de cafeína como el café, el té y las bebidas energéticas, al igual que los refrescos que contienen grandes cantidades de azúcar y el tabaco.

Una de las consecuencias más comunes de una mala alimentación es la obesidad; por ahí se pueden ver algunos ejecutivos que posiblemente no tienen exceso de peso pero sí cierta “barriguita” resultado del sedentarismo, del estrés crónico y del comer fuera de casa. En estos casos, la grasa acumulada aumenta los niveles de colesterol, de ácido úrico y de glucosa, provocando el peligro de sufrir un infarto cardiaco o un ataque cerebral.

¿Pero qué comer al llegar a casa después del trabajo para finalizar el día? Según los nutriólogos se debe considerar una cena que sea ligera, como una ensalada que aporte pocas calorías, y que sea abundante para quedar saciados.


Hipócrates una vez dijo: “Que los alimentos sean tu mejor medicina”, pues de éstos dependerá nuestra calidad de vida, la cantidad de años que cumplamos y el rendimiento en nuestro trabajo.


Articulo por: FM GASTRONOMÍA