lunes, 15 de septiembre de 2014

Los 7 pecados de la alimentación.

Normalmente el cuerpo humano trata de mantenerse en perfecto equilibrio y para ello es que procesa vitaminas, minerales, energía y demás nutrientes que a diario ingerimos en nuestras comidas. Este equilibrio es el que conserva todos nuestros órganos y sistema funcionando correctamente. 















Pero cuando alguno de estos nutrientes falta en nuestro cuerpo, comienzan a aparecer síntomas o problemas que muestran donde puede encontrarse la falla.

Toda persona puede preguntarse qué es lo que le está sucediendo porque piensa que está comiendo de manera saludable, pero lo que puede pasar es que está cometiendo alguno de los siguientes errores en su alimentación:

  1. Sus comidas las toma de manera descuidada (comidas rápidas, falta de tiempo, irregularidad en los horarios, etc). 
  2. Practica una dieta desequilibrada en determinado tipo de alimentos. 
  3. Hace una dieta no recomendada para su edad o su fisionomía. 
  4. Realiza el consumo de productos nocivos como tabaco, drogas o alcohol en exceso. 
  5. Realiza una mala cocción o conservación de los alimentos ocasionando que su contenido nutricional se vea reducido o eliminado. 
  6. Consume productos que alteran la absorción de vitaminas o minerales. 
  7. Consume ciertos esteroides o pastillas para el desarrollo muscular. 
De igual manera es muy común encontrar personas sin problemas de salud que consumen suplementos para cubrir diferencias nutricionales. Esto se justifica para quienes padecen alguna enfermedad, problema o que por alguna razón verdaderamente justificada deben suprimir cierto tipo de alimento o variedad de ellos. Pero para personas que no sufren de ningún problema específico, lo más conveniente es incluir aquellos alimentos que permitan mantener el equilibrio en forma natural.

En todos los casos, se debe tener absoluta conciencia de los efectos y consecuencias que puede implicar un exceso de determinada vitamina o mineral en el organismo ya que puede derivar en situaciones peores que las anteriores.

La siguiente tabla muestra los posibles problemas, causas y fuentes de nutrientes. Las vitaminas corresponden a diferentes tipos de alimentos: Vitamina A- huevo y frutos amarillos, Vitamina B1- cereales y frutos secos, Vitamina B2- leche y carne, Vitamina B3- carnes y leche, Vitamina B12- pollo y pescado, Vitamina C- cítricos, Vitamina D- mantequilla y pescado, Vitamina E- aceites y vegetales verdes, Vitamina K- vegetales verdes y aceites de semillas, Calcio- leche, quesos y huevo, Potasio- plátanos, uvas y almendras, Hierro- carne y cereales, Fósforo- pescado y granos integrales, Ácido fólico- cereales vegetales verdes, y Magnesio- pan y frutos secos.







































Artículo por: FM Gastronomía
www.fmgastronomia.com.mx

Razones por las que nos excedemos de peso.

¿Por qué engordamos? ¿Qué provoca el sobrepeso? ¿La genética, las grasas, el estrés, el sedentarismo?


El sobrepeso no es un problema que aparezca por arte de magia, sino más bien es un proceso lento y gradual que puede viene marcado por diferentes factores (alimentación, sedentarismo, cambios hormonales, genética, etc.) y que sin un control dietético profesional puede llevar a la obesidad.

Engordamos porque el consumo excesivo de calorías y la inactividad física hacen que nuestro cuerpo acumule aquello que no le hace falta, así que cuanto más comemos y menos quemamos, ¡más engordamos!

Hay personas que le echan la culpa a la genética y la convierten en la primera excusa con diferentes afirmaciones: “Tengo predisposición a engordar”, “Mi abuelo y mi padre son obesos, así que yo también” o “Coma lo que coma, engordo”.
Diversos estudios demuestran cómo las costumbres dentro de una misma familia y la influencia externa tienen más fuerza que la genética en nuestro comportamiento alimentario y reaccionamos a distintos estímulos que nos hacen engordar.
Pero, ¿cuáles son estos estímulos que nos llevan a subir de peso?:

Fármacos: Algunos medicamentos como los antidepresivos y las hormonas femeninas hacen ganar peso.
Dejar el tabaco: Si se dejó de fumar hace poco, es posible que se haya subido algunos kilos, ya que la nicotina interviene en el control del apetito a nivel del cerebro, estimula la saciedad y disminuye el hambre, esto genera un incremento de aproximadamente 2 Kg en los primeros seis meses, y después tiende a estabilizarse.
Algunas fases de la vida: Los cambios hormonales de la pubertad, los embarazos y la menopausia favorecen el aumento de peso en las mujeres.
Los cambios del modo de vida: Cambio de trabajo, jubilación, mudanza, defunción de una persona cercana, rupturas sentimentales. Acontecimientos que al influir sobre el ánimo y las costumbres pueden provocar perturbaciones en el peso.
Comer mecánicamente: Uno de los responsables de la ingesta excesiva es el no poner atención a lo que se está comiendo, ni distinguir la sensación de hambre real de las ganas de comer. Además, el hecho de “estar picando” lo que uno encuentra conduce a comer más de la cuenta para las necesidades que tiene el organismo. Comemos aunque no tengamos hambre y esto sucede cuando se deja la comida a la vista, cuando se huele, se cocina o si se va a comprar hambriento.
Servirse raciones abundantes de comida: La ingestión abundante de comida ayuda a disminuir la ansiedad y nos proporciona confort emocional.
No tener un orden en los horarios de las comidas.
Llevar una dieta rica en hidratos de carbono.
No hacer ejercicio: Es muy importante determinar la relación alimentación-ejercicio. El hecho de bajar el ritmo e intensidad de la actividad física, sin reducir la cantidad de comida ingerida, puede llevar a la obesidad por un exceso de energía.
Estrés: Factores estresantes prolongados resultan en una alteración hormonal que produce obesidad de tipo abdominal.
Déficit de sueño: La falta de sueño produce modificaciones endocrinas que favorecen el hambre y la ganancia de peso corporal.

Por eso para que el sobrepeso no se convierta en un problema mayor es importante aprender a controlarlo llevando un diario dietético. En este diario se debe anotar todo lo que se consume a lo largo del día, a qué hora, el lugar, la cantidad, el lugar donde se ingirió y los sentimientos asociados al momento de comer como el estrés, la ansiedad, el aburrimiento, la depresión, etc. Si se lleva diariamente este control será muy fácil decirle adiós a la obesidad.


Artículo por: FM Gastronomía
www.fmgastronomia.com.mx



¿Cómo controlar el ansia de comer?

Uno de los más grandes placeres en la vida es definitivamente el comer, pero claro, sin el remordimiento de ver cuánto gastamos o del temor a subir de peso al ingerir todo lo que encontremos a nuestro paso.


Posiblemente has escuchado de personas que viven para comer y no comen para vivir, y cuando se tiene este tipo de actitud ante la comida (o desorden alimenticio), casi siempre se relaciona con problemas emocionales.

El estrecho vínculo entre la comida y las emociones es evidente. La ansiedad que nos genera el estrés, la monotonía de una vida cotidiana, las frustraciones o hasta la propia gratificación de los logros alcanzados, nos lleva a comer para calmar dicha sensación.

El principal causante de la ansiedad es la sensación de hambre producida por llevar muchas horas sin probar bocado. Desayuno escaso, nada de almuerzo, comida justa y merienda escasa, lo que supone llegar a la cena con un hambre voraz y comer impulsivamente.

La ansiedad es un estado de hiperexcitación nerviosa que todos podemos padecer, el cual se puede convertir en un problema serio que puede generar adicción. Y esas ganas irresistibles de comer lo que no se debe en horarios donde no se puede, es una ansiedad, la cual se considera una de las adicciones más frecuentes relacionadas con los alimentos. 

Aunque no existen fórmulas mágicas para que la ansiedad desaparezca, sí existen algunos consejos que pueden ayudar a tener un estilo de vida más saludable, lo único que hay que hacer es tener fuerza de voluntad para llevarlos a cabo.

1.- Reducir el azúcar. Entre más alimentos dulces consumas, más tendrás la necesidad de retener ese sabor. Trata de eliminar gradualmente el azúcar de tu dieta, o elige productos que sean light para no acumular calorías. Cuando vayas al supermercado, no compres antojos y mejor elije frutas y verduras.

2.- Tomar mucha agua. Dicen los especialistas que es buena costumbre tomar agua antes de cada comida para sentir menos hambre. De igual manera, no olvides tomar de 6 a 8 vasos de agua al día.

3.- Comer varias veces. Los nutriólogos recomiendan hacer 6 comidas al día: 3 principales y 3 meriendas, ya que si saltas alguna comida en la siguiente desearás comer el doble y engordarás más. 

4.- Haz ejercicio. Para controlar la ansiedad no existe nada mejor que la actividad física por lo menos 30 minutos y de 3 a 5 veces por semana.

5.- Distrae la mente. Cuando sientas deseos de comer lo prohibido, trata de desviar la atención y realiza alguna actividad que aleje los deseos de buscar comida.

6.- Prepara un buen desayuno. Cuando te levantas, tu cuerpo viene de un largo ayuno. Si omites el desayuno tu metabolismo será lento y sentirás ganas de comer el doble al final del día.

7.- Relájate. Infusiones como la manzanilla, el té verde, la valeriana y la Jamaica, pueden ayudar a reducir la tensión y calmar la ansiedad por comer lo que no debes.

8.- Duerme bien. No hay nada mejor para combatir la ansiedad que el dormir. Cuando descansas aumenta la producción de leptina, una hormona que le indica al cerebro que tu cuerpo está satisfecho.

9.- Más proteínas. Si aumentas la ingesta de proteínas en el desayuno, tendrás mayor sensación de saciedad durante el día. El cuerpo quema más calorías tratando de digerir las proteínas y éstas se absorben más lentamente, por lo que te sentirás lleno por más tiempo. 

10.- Analiza tu rutina. Determina qué es lo que te provoca esas ganas de comer en exceso; si descubres el problema, la solución será más sencilla.

Artículo por: FM Gastronomía